Día 365+302
Comentando lo que me despierta la
lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.
Te
invito a que leas la anterior entrada a este blog ya que en ella te platico de
cómo las mujeres aprendemos, en un sistema machista, a renuncia a ser
independientes, inteligentes, fuertes, decidida para complacer al hombre,
porque está ligado estrechamente con esta entrada, ya que si las mujeres
aprendemos a renunciar, entonces podemos comprender que a los hombres machistas
les gustan las mujeres que lo han hecho, y ¿qué pasa con todas aquellas que no
lo hicieron?
“[…] Si desea
esbozar una amistad, un devaneo, deben evitar cuidadosamente dar la impresión
de que toman la iniciativa; a los hombres no les agradan los “chicos
frustrados”, ni las sabihondas, ni las mujeres con cabeza; la audacia, la
cultura o la inteligencia excesivas, o el demasiado carácter, los espanta.[…]”
(p.276)
Así que una chica que no renuncia a ser ella, a ser
libre, decidida y abierta no es un buen prospecto para un macho, porque él
busca dominar y no que lo dominen, y de aquí el “miedo” del que nos habla
Simone Beauvoir.
Pero en nuestra sociedad mexicana, en donde los machistas
y los no machistas ya están conviviendo
en una misma sociedad, las mujeres empezamos a sentir confusiones, y también
ellos, porque hay hombre que parecen machistas pero no lo son, y otros que sí
lo son pero no parecen, y otros más están indecisos al respecto; además de que
hay mujeres que están en la misma situación, indecisas entre ser sumisas o
libres. ¿Has vivido alguna vez esta confusión? [1]
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