jueves, 31 de enero de 2013

El extraño juego del tiempo


Día 324
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Benítez Reyes, Felipe: Tratándose de Ustedes,
Barcelona, Túsquets Editores, 2002.



La existencia de todo lo que hay está marcada de forma lineal: pasado, presente y futuro. Si trasladados esto a los seres humanos, claro está, lo podemos traducir a nacer, crecer y morir. Cualquier alteración a esta línea del tiempo es lógicamente imposible porque no podemos morir, reducir y nacer.


“Recordé entonces una conferencia de mi amigo el profesor Edellman en la que, de pasada, se había eco de esa antigua superstición del tiempo inverso: personas que viven primero su futuro y luego su pasado. Una especie de error en la conjugación de los tiempo verbales, pero aplicado a la existencia humana.” (p.69)


Viene a mi mente, en este momento, la película que hace algunos años vi que lleva por título El curioso casi de Benjamin Button (2008)[1], protagonizada por Brad Pitt, donde el personaje principal tiene un extraño padecimiento que nace siendo viejo y envejece siendo niño.


Pero el caso que se presenta, en mi actual libro, es diferente porque aunque Benjamin nace siendo viejo sigue la línea del tiempo, que antes mencionaba, y en el caso de la cita primero tenemos que pensar, hipotéticamente, en una vida con un destino ya marcado donde sabemos lo que pasará y entonces se vive primero el futuro para llegar al pasado.


Es curiosa cómo es que podemos jugar con la noción del tiempo en el cine y la literatura aunque por desgracia en la vida real, mientras no se posible una máquina del tiempo que nos lleva al pasado y el futuro remoto, no lo podemos hacer.[2]





[1] http://es.wikipedia.org/wiki/El_curioso_caso_de_Benjamin_Button
[2] La imagen fue tomada de http://www.taringa.net/posts/info/4482182/la-pregunta-del-millon_-el-tiempo-existe-o-no.html

miércoles, 30 de enero de 2013

Jubilarse


Día 323
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Benítez Reyes, Felipe: Tratándose de Ustedes,
Barcelona, Túsquets Editores, 2002.



Pensar en que en algún momento de nuestras vidas tendremos que llegar a dejar de trabajar, ya sea por nuestra edad o por incapacidad, a muchas personas les causa temor y frustración. Recuerdo que mi abuelito siempre platicaba sobre este momento; él sentía que no tenían porque haberlos jubilado, que estaba aún fuerte y que el sacarlo significaba que ya no servía. Todo esto me hacía sentir mal por él porque notaba que se sentía triste y frustrado por ello.


“La jubilación la llevaba Muñave mal que bien y, para ir matando el tiempo antes que el tiempo le matase a él, se había ofrecido al director del periódico local como crítico literario, en régimen de gratuidad.” (p.51)


Será que para muchas personas jubilarse significa ¿empezar a morir? ¿será que sienten que el tiempo los va matando? Yo diría que esto no sólo pasa después de jubilarse sino en todo momento, porque nos guste o el tiempo nos va marcando el deterioro de nuestro cuerpo. Pero siento que mucho de lo que sentimos, como le pasaba a mi abuelito, es una cuestión más psicológica que realmente biológica. O ¿no te ha pasado que te sientes más viejo que los propios viejos? Y ¿cuántas veces los viejos se sienten, y se ven, más jóvenes que los mismos jóvenes?


Así que yo diría que no es necesario dejar de trabajar, y tener una pensión, para que muchas personas se jubilen desde temprana edad. ¿No crees?[1]







[1] La imagen fue tomada de http://definicion.de/jubilacion/

martes, 29 de enero de 2013

Imagino en pequeño


Día 322
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Benítez Reyes, Felipe: Tratándose de Ustedes,
Barcelona, Túsquets Editores, 2002.



Leer es una de las actividades, como el escribir, que en la mayoría de las ocasiones lo experimentamos solos; aunque no siempre es así, como en el caso los círculos de lectura por poner un ejemplo. Así que si casi siempre lo experimentamos solos, bien podremos preguntarnos, ¿qué es lo que hacemos cuando leemos? Como todos sabemos el acto de la lectura no se limita al hecho de pasar los ojos ante un texto para decodificar lo que dicen las letras en su conjunto, sino que es necesario comprender e interpretar lo qué se dice, cómo se dice y de quién se dice.


“A los personas de las novelas nos los representamos en miniatura. Nadie, que yo sepa, se los imagina a tamaño natural. Todos los personajes novelísticos podrían caber perfectamente en un zapato. Magos, moros, filólogos, psiquiatras, mercaderes genoveses… Todos derechos al zapato.” (p.47)


Llamó a mi atención la anterior cita, de mi actual lectura, porque nunca me había puesto a pensar esto de cómo pensamos lo que leemos, o para decirlo de otra forma, el cómo procesa nuestra imaginación aquello de entendemos e imágenes.


¿Será verdad que siempre que leemos imaginamos a los personajes en miniatura? Traté de pensar en mis experiencias como lectora, y efectivamente es así, no imaginamos en grande, a nuestro tamaño. ¿Por qué será esto así? ¿Tal vez porque nuestra mente es pequeña? Pero si fuera así entonces ¿no pensaríamos en grandes cosas? Claro que podemos pensar en grandes cosas pero las registramos en nuestra mente a escala pequeña, algo así como maqueta, o una foto.


En algún libro, que no recuerdo ni título ni autor, se mencionaba que la mente está llena de ideas y que estas ideas nos llegan por medios de la experiencia, pero que estas ideas se impregnan en la mente en forma de imágenes. Y tú ¿Imaginas en miniatura? [1]







[1] La imagen fue tomada de http://alondra-volarsinalas.blogspot.mx/2012/06/imaginar.html

lunes, 28 de enero de 2013

Una tienda con cosas maravillosa


Día 321
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Benítez Reyes, Felipe: Tratándose de Ustedes,
Barcelona, Túsquets Editores, 2002.



No soy fanática de ir a comprar, o sólo mirar, en las tiendas departamentales. Por una extraña razón, el estar mucho tiempo en ellas me causa un tipo de hipnotismo que creo es provocado por el tipo de iluminación, que se utiliza en combinación, en combinación con el ruido que impera. No quiere decir que odie el ir de compras, pero no lo siento como mi pasatiempo favorito, como se de algunas personas. Pero si me encontrara una tienda, como la que podrás leer en la siguiente cita, creo que mi pensar sería diferente.


“[…]podía tener en oferta una jaula de loros mecánicos que anunciaban los maremotos, un bastón que conducía ciertamente a su dueño a través de la más cerrada oscuridad o una capa que otorgaba a quien la vistiese la invisibilidad durante el día y una misteriosa fosforescencia durante la noche.” (p.34)


Una de las cosas que más me gustan de la literatura, es esta capacidad de presentar cosas que nos parecen improbables, pero que si fueran reales la vida sería mágica. Pensar en que pudieras tener todo este tipo de artículos, me despierta mi imaginación.


A mi me encantaría tener una capa como la que se menciona, y si dejo mi imaginación a rienda suelta, pienso en que me encantaría poder tener una máquina para que hiciera de comer, con mis platillo favoritos, o que pudiéramos parar el tiempo, o regresarlo, con un reloj multifuncional. Jugar con nuestros deseos e imaginación no cuesta, y como divierte ¿verdad?[1]






[1] La imagen fue tomada de http://www.modactual.es/fab-nl-bolsos-de-piel-maravillosos-nueva-tienda-en-amsterdam/

domingo, 27 de enero de 2013

¿Soy lo que veo?


Día 320
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Benítez Reyes, Felipe: Tratándose de Ustedes,
Barcelona, Túsquets Editores, 2002.



¿Cuál es el poder de un libro, o en este momento del siglo también podríamos decir de la televisión y el internet, en nuestras vidas? Pensemos en alguien que por alguna razón, conocida o no, empieza a presentar un cambio radical en su rutina, y actúa como una| persona de novela, o toma sus decisiones sobre lo que pasa en una telenovela. ¿Esto es posible?


“>>Por sus muchas lecturas de cuentos de fantasía, dio este chamarilero, al que por su oficio llamaban Chabbab, en creer que toda lámpara era la de Aladino.[…]” (p.15)


La influencia que puede tener lo que vemos es tal que bien podemos tomar personalidad y acciones que nosotros no hacíamos anteriormente, pero esto sólo es posible si la persona es altamente influenciable para ello. Por ejemplo, dudo mucho que una persona ya madura, de unos cincuenta años, llegara a tener este impacto, pero una niña de once años está altamente expuesta a ello (claro está que no en todos los casos). No digo que sea una norma, ni mucho menos puedo afirmar que sea así al cien por ciento pero sí he visto que se llega a dar. ¿Tú qué piensas?[1]















[1] La imagen fue tomada de http://laverdadoculta1.wordpress.com/category/completo/

sábado, 26 de enero de 2013

Libros viejos


Día 319
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Benítez Reyes, Felipe: Tratándose de Ustedes,
Barcelona, Túsquets Editores, 2002.



Seguramente has tenido la oportunidad de visitar una librería, o biblioteca, en donde sus habitantes huelen raro, no digo que mal, sólo que es un olor difícil de aceptar, para muchos, pero para otros el deseo de tomarlos y devorarlos, aunque esto sea sólo en sentido metafórico.


“La librería anticuaria El Globo olía a galeón de papel y a tinta difunta. Los volúmenes se alienabas en sus estanterías como náufragos puestos a secar, y todo parecía desprender humedad de letras rancias.” (p.13)


Todo esto me hace pensar cuando tengo un libro nuevo. Me gusta verlos antes de abrirlo, porque son como productos herméticamente cerrados. Ya cuando los abre uno, desprenden un agradable olor a la tinta y at Tomarlo entre los dedos para ojearlo, y olerlo al mismo tiempo, es una de las cosas que más me gusta hacer. Ahora que si se trata de un libro usado, y en especial viejo, la cosas no varía mucho.


Decimos que huele ha guardado; si no entendemos dicha expresión es porque nunca hemos visitado una librería de libros viejo. Es un olor tan característico que lo podríamos percibir desde lejos; esto hace que amemos la lectura, o que la odiemos. Los libros apestosos no son basura, son arte, que suele llegar a ser igual o más caros que unos nuevos. Así que si de leer se trata, no importa que sean libros viejitos; al final esto es sólo un aroma que no intervendrá en nada al interés por leer.[1]















[1] La imagen fue tomada de http://actualcurioso.blogspot.mx/2010/03/el-olor-de-los-libros-antiguos.html

viernes, 25 de enero de 2013

Inicio de Tratándose de Ustedes


Día 318
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Benítez Reyes, Felipe: Tratándose de Ustedes,
Barcelona, Túsquets Editores, 2002.



Empezar con este pequeño libro me hace dudar un poco sobre lo que diré de el, porque desde el momento en que leí las palabras de su autor, para esta segunda edición, me hacer sentir que es una obra abierta, libre, con rienda suelta a la imaginación.  Cuando alguien habla así de algo que hace, le da un toque que va más allá del egoísmo, y que lo coloca en el plano de lo agradable y deseable que me da un empujón a leerlo y comentarlo.


“[…] suelo creer que es el libro que prefiero de cuantos he ido escribiendo desde hace ahora veinte años […] ¿tal vez por ser el único libro propio que puedo leer como si fuera ajeno, ¿por haber sentido más libre y feliz que nunca al escribirlo? No existen razones exactas, en fin, par las predilecciones, que casi siempre consisten en espejismos sentimentales.” (p.9)


Imaginar y sentir lo que nos dice este autor, es pensar en que la obra misma cobra vida, rebasándolo a él mismo. Se vuelve un texto que pretende ir más allá de todo formalismo y esquema para ir al corazón mismo de los lectores.


Por ahora es lo que siento sobre este libro. Creo, espero que así sea, que estará lleno de imágenes e historias que me harán volar mi imaginación y me ayudarán a dar rienda suelta al creador que todos tenemos dentro. Así que… comencemos. [1]
















[1] La imagen fue tomada de http://www.doctortrade.com/libros/hobbies-y-manualidades/tratandose-de-ustedes-novela-seix-barral-1992-barcelona-1-edicion-p11207402001.html

jueves, 24 de enero de 2013

Fin de Si hubiera un mañana


Día 317
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.



No puedo decir que quedo totalmente contenta con esta lectura, como lo comentè hace unos dìas, porque llega un momento en que la trama se vuelve repetitiva y poco creìble. Si supiera que es un texto de ciencia ficción o de literatura fantàstica lo hubiera digerido màs, pero al no ser este el acaso, se vuelve molesta para el lector (aunque sé que en gustos se rompe el género). 

En las ùltimas páginas se narra la infancia de uno de los personas, que bien creo que hubiera valido la pena tomarla desde antes, porque muestra la relaciòn enfermiza entre este y su madre.


Eres mi hombrecito, -le decía su madre. No se que haría sin ti.”(p.337)


El que un hijo llegue a desarrollar una dependencia emocional tan enfermiza, no es cosa de la  noche a la mañana ni por azar. Muchas madres tratan a sus hijos varones de forma privilegiada, dàndoles un papel central de protectores en la familia. Por ejemplo, si el padre de familia moría, recaía en el hijo varón el papel de padre. Así que pasan de hijos a prácticamente esposos porque tiene que sustentar a la familia.

¿Podemos imaginar el peso que recae sobre un hijo con estas costumbres? Mucho e imaginable. ¿Será justo esto? Personalmente no creo, culturalmente tal vez sí. [1]


miércoles, 23 de enero de 2013

¿Por protección?


Día 316
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.



Yo sí creo que los seres humanos deseamos, aunque no sé si por una cuestión natural, vivir en compañía; que bien podríamos decir que en realidad hacerlo es una de las tardeas más complicadas porque congeniar con los otros no es tarea fácil, y en muchas ocasiones es casi un infierno el hacerlo. Tampoco es que dude de los que dicen que son las personas más felices al vivir solos, sólo que creo que llega un momento en donde a todos nos pega el no tener a alguien con quien compartir.


“Jeff dormía, a su lado en la cama. Tracy volvió a recordar la forma en que la había cuidado, atendido sus necesidades, lavado su cuerpo desnudo. Percibió de manera intensa, la presencia masculina, que la hacía sentir protegida.”(p.316)


Pero cosa muy distinta es estar con alguien porque deseamos compartir y otra el estarlo porque nos sentimos “protegidos” o “aliviados”. Pensar que estoy con mi novio sólo porque me da protección, es algo a lo que le veo poco futuro, porque si me pongo muy trágica ¿qué pasaría en el momento en que muriera alguno de los dos? Y no es que yo exagere al decir esto, sólo que no podemos basar nuestra felicidad y bienestar sobre los brazos de otros.


Suena fácil decirlo, pero si alguien se considera cien porciento independiente emocionalmente de su pareja, pues díganme cómo lo han logrado, porque yo aún no puedo del todo. [1]















[1] La imagen fue tomada de http://bikinis.clothinggo.com/es/online/Langsha-protecci%C3%B3n-perfecta-Salud-Masculina-de-espesor-t%C3%A9rmico-de-lana-de-ropa-interior-traje-gris-L88701-radiaci%C3%B3n-p177146.html

martes, 22 de enero de 2013

Exageración

Día 315
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.



Este libro presenta a una mujer que poco a poco se vuelve más “astuta” para llevar a cabo robo y estafas de los más difíciles, en muchas ocasiones considerados como imposibles, saliendo de manera victoriosa en todas ellas. Pero hay cosas que me parecen totalmente inverosímiles, no digo que imposibles, pero sí muy sacadas de la manga –como se diría coloquialmente- porque no están fundamentadas en la trama.


“Tomó un frasco de metholated spirits y lo abrió. En el acto en el ambiente se percibió un fuerte olor. Porretta vertió una pequeña cantidad de líquido en un algodón y con mucha suavidad lo pasó sobre la firma de Lucas. Poco a poco fue borrándose su nombre. Debajo se hallaba la firma de Goya.”(p.297)


Un ejemplo es la anterior cita; es el robo de un famoso cuadro de Goya, que según la novela está exhibido en el Museo del Prado[1] en Madrid, España. Dicha hazaña es falsa e improbable como es desarrollada porque pensar que en plana exposición, llena de personas y vigilancia, alguien en tres minutos tenga la habilidad y herramientas para poner una firma sobre otra y después otra firma más en un cuadro de tanto valor; esto es improbable y demasiado exagerado.

No considero que para que una novela tenga suspenso y acción sea necesario llegar a este tipo de exageraciones en la trama, porque desde mi punto de vista hace que pierda veracidad y el elector, como es mi caso, empiece a perder interés por el personaje principal.[2]













[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Museo_del_Prado
[2] La imagen fue tomada de http://www.artstudiomagazine.com/especiales/museo-prado.html

lunes, 21 de enero de 2013

Lo que te toca vivir


Día 314
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.



Las etapas que tenemos que pasar, todo ser humano, se supone que debería ser acorde a la edad. Si eres bebé duermes, comes y haces del abaño; de niño te toca jugar y estudiar en la casa más lo que te tocaba de bebé; en la adolescencia todo lo anterior más tratar de encontrar tu vocación y socializar; de adulto trabajar, formar la familia, etc. Todo esto suena como un camino que todos “deberíamos” vivir, y de preferencia es ese orden.


“-Cuando uno se va de casa q los catorce años –dijo él-, aprende forzosamente. […]”(p.260)


Aunque no siempre tenemos experiencias en nuestras vidas que son “acorde” a nuestra edad. Pero comentaba con mi novio, que no es que no tuviera que vivir, a lo mejor son cosas que todos vamos a vivir en algún momento, pero en algunas ocasiones nos toca por el camino difícil.


Si pensamos es el caso de la cita que puse, el salirse de la casa materna desde los catorce años, claro que te lleva a aprender pero por el camino difícil. Esto no lo hace ni mejor ni peor, sólo lo que uno tiene que asumir en el momento en que nos toca vivirlo, aunque seamos muy jóvenes o viejos.[1]












[1] La imagen fue tomada de http://www.flickr.com/people/saul_landell/

domingo, 20 de enero de 2013

Si de combinación se trata…


Día 313
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Sheldon, Sidney: Si hubiera un mañana,
Buenos Aires, Émece editores (La nación), 2009.



Eso de estar enfermo, y más en estas fechas en México, que pasamos del calor al frío de la noche a la mañana, no es nada agradable, en especial si tenemos que trabajar porque no podemos desempeñarnos como quisiéramos; la debilidad y pesadez de la enfermedad misma nos causa molestias terribles a la hora de trabajar.


“Al alejarse, oyó que la joven decía:
-Te traje también champagne para que te tomes la aspirina, mi pobrecito.”(p.248)


Cando leí esto recordé de manera inmediata a los adictos al refresco de cola. Seguramente también has visto a personas que toman sus antigripales, o el medicamento que sea, con su coca. En casos más severos, como lo es el de la cita, con vino o cerveza. No soy médico, pero me pregunto ¿es correcto hacer esto? Creo que por obviedad no lo es, porque al ser los dos algún tipo de estimulante puede causarnos una reacción en cadena. ¿Tú qué piensas? ¿Se tendrá estragos, o hasta drogarse, por combinar medicamentos con refresco de cola o vino?[1]











[1] La imagen fue tomada de http://blog-del-como.blogspot.mx/2010/04/como-combinar-los-colores.html