martes, 31 de diciembre de 2013

Trastornos menstruales

Día 365+294
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.


                                                                                    Espero de todo corazón que este fin de año 2013 sea sólo en inicio de una excelente 2014 lleno de alegrías, logros, amor y sobre todo salud, y salud visual para que continúen conmigo en este gran reto. Con todo mi amor y cariño: Ruth


Toda mujeres de forma natural vivimos el proceso de menstruación, para algunas desde edades muy tempranas, he sabido de casos que desde los ocho años de edad, y para otras en un poco más de tiempo, entre los quince y dieciocho, pero más tarde que temprano todas lo llegamos a presentar. Como bien sabemos este es un ciclo mensual que se da en el momento en que el óvulo, que fue liberado días ante desde el ovario, no se fecunda ni se implanta en el útero para dar una nueva vida, así que es liberado junto con toda la pared uterina, es como limpiar la casa. Pero esta limpieza es difícil para muchas mujeres y no sólo por la salida de sangre, sino por todos los trastornos que llegamos a presentar. 



“[…] La crisis menstrual es dolorosa: jaquecas, cansancio, dolores de vientre, hacen penosas y hasta imposibles las actividades normales; a esos malestares se añaden con frecuencia trastornos psíquicos[…] hacen del cuerpo una pantalla que se interpone entre la mujer y el mundo, una bruma ardiente que pesa sobre ella, la asfixia y la separa […]” (p.270)



Privilegiadas son aquellas mujeres que no llegan a presentar ningún problema como los mencionados en la anterior cita, porque la mayoría hemos tenido que aprender a lidiar con ellos o a enloquecer. Estas molestias llegan a ser tan fuertes que muchas hemos caído en cama, y en el mejor de los casos con algún medicamente lo podemos sobrellevar, pero en otros no es así, en especial cuando hablamos de nervios e irritabilidad.


Si tú has padecido esto entenderás de qué hablo y le darás la razón a la anterior cita de que estas molestias se convierten en una ventana entre las mujeres y el mundo, no se mira igual las cosas y las situaciones estando en una condición así, todo es color gris, doloroso y tortuoso. Si eres hombre, te invito a ser empático y trata de ponerle atrás de la ventana de una mujer padeciendo dichos trastornos y entenderás muchas cosas. [1]







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