jueves, 26 de diciembre de 2013

Mi molesta toalla sanitaria

Día 365+289
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.




No cabe duda que una de las cosas más incómodas que vivimos las mujeres es en el momento de nuestra menstruación, porque muchas vivimos molestias físicas como dolor de cabeza, de pierdas, cólicos, molestias en la cintura, náuseas, cambios de humor, etc. Además que al ser la menstruación algo involuntario, o sea que nosotras no decidimos en qué momento soltar el sangrado y en cual no,  nos enloquecemos con qué poner entre las piernas para que no escurra. De aquí que desde tiempo inmemorables las mujeres recurrían a trapos que tenían que ser cambiados y lavados constantemente; pero desde hace ya algunos años esto a cambiado y ahora las toallas desechables son más “prácticas”.



“Esa especie de apósitos que venden en las farmacias en cajas con nombres floridos: <<Camelia>>, <<Edelweiss>>, se tiran después de usarlos; pero en el curso de un viaje, de vacaciones, de excursión, no resulta tan cómodo desembarazarse de ellos, pues está expresamente prohibido arrojarlos al inodoro.  […] ” (pp.253-254)



Como lo mencioné arriba se supone que las toallas femeninas para la menstruación son más prácticas, pero como bien dice la cita, cuando tenemos que salir fuera de casa es cuando a muchas esto se nos complica, por ejemplo: imaginemos que vamos a la casa del  novio a conocer a los papás, entramos al baño a cambiarnos la toalla y notamos que no acostumbran a usar bote de basura, o que si lo tienen está limpio sin ningún papel, seguramente no sabemos que hacer, sentimos una gran vergüenza al pensar que alguien de la familia descubrirá que estamos en nuestro período; esto es algo que sí me ha pasado y estoy casi segura que a ti también porque por desgracia la menstruación sigue siendo algo que tenemos que ocultar, como si fuera un delito tenerla, y además padecer la incomodidad de usar una toalla en medio de las piernas.  ¿Qué opinas?[1]

































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