domingo, 13 de octubre de 2013

Sobre los sindicatos. La igualdad laboral entre hombres y mujeres

Día 365+215
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.





Muchos se dice sobre los derechos y obligaciones de los trabajadores, en especial sobre los primeros, y más en estos tiempos en que México, como muchas otras más naciones, que se encuentra la nación en una situación complicada económicamente.  Como sabemos cada vez es más común los trabajos por honorarios en los cuales no se cuentan con prestaciones como vacaciones,  primas vacacionales, servicio médico, ni tampoco se tiene seguro el lugar de trabajo, por más ganas y buen trabajo que se haga, se está expuesto a los caprichos del lugar.


Las condiciones de trabajo para con buen desempeño, esto lo podemos deducir por sentido lógico, son aquellas en donde se tenga un adecuado lugar de trabajo, con horarios y periodos de descanso necesarios para la recreación y un salario digno para satisfacer. En algunos trabajos se tiene, lo que se llama, el Sindicato que es organismo encargado de ver que dichos derechos se cumplan.



“[…] Se comprende que los trabajadores masculinos hayan visto, al principio, en esta competencia barata, una temible amenaza y qe se hayan mostrado hostiles. Sólo cuando las mujeres se han integrado en la vida sindical, han podido defender sus propios intereses y dejar de poner en peligro los de la clase obrera en general.” (p. 109)




En teoría, y como bien dice en la cita anterior, el sindicato es el que debería vigilar por los derechos de los trabajadores, sin importar su género, y de esta forma tener una igualdad laboral. La cuestión, por lo menos en México, sobre los sindicatos es que no han recordado los deberes,  y en muchas secciones se solapa el mal trabajo de las personas. Lo ideal, como lo leímos en la cita, es tener alguien que viera por nuestros derechos y obligaciones laborales, pero ¿quién vigilaría a estos a su vez? [1]


Creo que lo que los sindicatos dan a algunos pocos, es algo a lo que muchos deberíamos aspirar, porque por más que digamos que hay muchos abusos de los mismos, bien cabría preguntarnos si no sería lo necesario para todos y que cayera en manos de cada trabajador la honestidad sobre sus labores. Pero, al final, todo esto suena más a un mito que a una realidad.
























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