lunes, 23 de septiembre de 2013

La importancia de trabajar para mantenernos

Día 365+194
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.







El que las mujeres hayamos podido salir a trabajar al campo laboral, en especial desde el momento en que se da la industrialización por la necesidad de tener más manos productivas (y más en países en donde por cuestione de guerras el número de hombres se ve reducido drásticamente) no sólo nos abrió la entra a un ámbito que por muchos años se nos fue prohibido, porque sólo era destinada la mujer para las labores de la casa, sino que además adquiere un autonomía económica.



“[…] la opresión social que sufre es consecuencia de su opresión económica […] <<la emancipación de la mujer no es posible sino cuando ésta puede tomar parte en vasta escala en la producción social […]>>” (p. 55)




Muchas mujeres mexicanas siguen estando privadas de poder salir a trabajar fuera de casa, porque aún se tiene una concepción machista, pero también por suerte hay muchas ya les toca vivir los avances políticas en este tema, y esto lo podemos ver en la ayuda económica que se les da, por lo menos en la Ciudad de México, a las madres solteras.



Porque ¿qué implica que una mujer dependa económicamente de un hombre? Cuando alguien, porque no es exclusivo de las mujeres, está atado económicamente a otro,  pierde su autonomía para decidir sobre su vida al tener que seguir las reglas de aquel que lo mantiene, se encuentra en un grado de dominación y sumisión. Así que para que una persona sea libre de decisión, es necesario que sea responsable de su economía, o sea que se mantenga.[1]















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