sábado, 31 de agosto de 2013

Mujeres ¿vasallas?

Día 365+171
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.





Los seres humanos somos parte de la Naturaleza, un ser vivo más; pero también pertenecemos a algo que no es propiamente natural, sino lo que aprendemos, con lo que nacemos, lo que construimos: nuestra cultura. Esta se nutre de las creencias, usos, costumbres, normas, etc. Que día a día se repiten, y que a demás se pasan de generación en generación, como es bien sabido. Si hablamos de las mujeres desde nuestra cultura occidental, muchas sabemos lo que significa serlo.



“[…] la mujer siempre ha sido, si no la esclava del hombre, al menos su vasalla; los dos esos jamás han compartido el mundo en pie de igualdad […] Incluso cuando se le reconocen en abstracto algunos derechos, una larga costumbre impide que encuentre en los usos corrientes su expresión concreta. […]" (p. 22)




No me parece exageración, ni mucho menos mentira lo que nos dice Simone de Beauvoir en la anterior cita. Sé que conocemos este tipo de servidumbre de parte de las mujeres a los hombres, por ejemplo: papá en la casa no levanta ni el plato donde comió, mucho menos lava o plancha. De varios hermanos, ellas no pueden salir solas o a ciertos lugares por ser mujeres, pero ellos sí. Y por último: las mujeres son las encargadas de cuidar a los hijos, son las conocedoras, para eso nacieron mujeres, y los hombre no lo sabe hacer, son unos inútiles al respecto. ¿Te suena algunos de estos ejemplos? ¿No te parece que al final es verdad lo que se dice en la cita, por qué? Algo a mí sí me queda claro: esto sigue siendo verdad para una gran mayoría.[1]
                                                                 







viernes, 30 de agosto de 2013

El deseo sexual como ¿dominio?

Día 365+170
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.







¿Será verdad que los hombres tienen un temperamento sexual más despierto que las mujeres? ¿o es sólo un mitos? No me dejarás mentir que muchas de las conversaciones que tenemos las mujeres, por lo menos en México, es que los hombres sólo piensan en el sexo. He escuchado que dicen que es así porque es parte de su naturaleza, discurso que los justifica más que los responsabiliza de sus actos. ¿Pero será verdad? ¿o es una necesidad que tenemos tanto hombres como mujeres?



“[…] La necesidad biológica –deseo sexual y deseo de posteridad- que sitúa al macho bajo la dependencia de la hembra, no ha liberado socialmente a la mujer.[…]" (p. 22)




Yo creo que el deseo sexual lo poseemos de igual manera hombres y mujeres, pero que ha este acto se le envuelve en un ambiente de mitos, prejuicios y suposiciones; por ejemplo: es indebido que las mujeres se masturben, que los hombres son los activos, o que ellas deben conservarse vírgenes para valer como mujeres, etc.



Dando respuesta a la cita, yo diría que las mujeres, aunque actualmente no todas, no se han podido liberar del dominio de los hombres, porque el ambiente que rodea a la  sexualidad está muy manoseada, manipulada, hasta el punto que no nos damos cuenta de lo que es real, comprobado, a lo que es sólo mito. ¿Qué opinas? ¿Crees que hay mujeres que usan el sexo como una forma de dominio a el hombre (no digo liberación)?[1]
                                                                 







jueves, 29 de agosto de 2013

Mujeres conociendo a otras mujeres

Día 365+169
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.






El título de esta entrada te sonará a una cuestión de gustos sexuales, en especial a que hablaré de las lesbianas, pero no es así. Hablaré de mujeres conociendo a otras mujeres sin importar su color, creencias religiosas o preferencias sexuales, y me refiero a esto porque creo que las mujeres convivimos, nos relacionamos, menos (de una forma no destructiva) con otras mujeres, y más con los hombres, ¿por qué?



“[…] Viven dispersas entre los hombres, atadas por el medio ambiente, el trabajo, los intereses económicos, la condición social, a ciertos hombres –padre o marido- más estrechamente que a las demás mujeres.[…]" (p. 21)




Esta reflexión que hace nuestra autora en cuestión, me da la pauta adecuada para entra a mi duda inicial. Las mujeres no convivimos con otras mujeres porque estamos más tiempo inmersas en un mundo que es para hombres. En México se están haciendo grandes esfuerzos, por lo menos en el Distrito Federal, para que las mujeres tengan espacios de convivencia con otras mujeres, pero aún muchas estamos inmersas en problemáticas sociales y económicas que nos atan y subordinan a los hombres, y con esto no permitiendo que se conozcan y mucho menos que convivan entre ellas.
Seguramente conoces a una chica que es madre, por lo menos de un hijo, y que no trabaja fuera de casa porque el esposo, o hasta el padre, no se lo permite, y si llegara a permitírselo es con muchos peros. Seguramente la forma en que se relaciona con otras mujeres es desde lo que le enseñó su padre, o el ejemplo de sumisión de la madre. ¿Qué ejemplos conoces al respecto? ¿Sabes o eres parte de las mujeres que aún dependen, en uno o varios aspectos, de los hombres?[1]
                                                                 






miércoles, 28 de agosto de 2013

Las mujeres: ¿amigas? ¿imposible?

Día 365+168
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.






¿Por qué muchas mujeres dicen que no se llevan bien con otras mujeres? Seguramente has escuchado a algunas que lo afirman y que además aclaran que se llevan mejor con los hombres que con las de su mismo género. Yo trato de imaginar cuál es la cuestión que nos separa una de otras, y creo que mucho de lo que nos separa es aquello de lo que carecemos, y que al mismo tiempo no nos permite unirnos.



“[…] Las mujeres –salvo en ciertos congresos, que siguen siendo manifestaciones abstractas- no dicen “nosotras”; los hombres dicen “las mujeres” y éstas toman estas palabras para designarse as í mismas; pero no se sitúan auténticamente como Sujeto. […]" (p. 21)



Creo que mucho de lo que nos separa, es que no sabemos con exactitud, aún en estos tiempos –como en los cuarenta que es cuando se escribe este libro- qué lugar ocupamos en la sociedad, no poseemos una verdadera identidad. Al no tener una identidad como sujeto, difícilmente la tendremos como grupo.


Las mujeres nos atacamos unas a otras porque nuestra existencia no se basa en nosotras mismas, sino en lo hombres. Cuando digo en esto pienso en el típico ejemplo en donde una tiene relaciones sexuales con el marido de otras, la esposa dice: “se le ofreció” “es una buscona”, y ¿Dónde quedó la voluntad del hombre? ¿Acaso es un títere que no sabe controlar sus impulsos? ¿Por qué se ataca a la mujer y no al hombre mismo? Porque estamos acostumbradas a velar por ellos y no por nosotras mismos; porque entendemos más el mundo masculino que el propio; porque aún en estos tiempos a muchas se les educa para servir al hombre.[1]
                                                                 





martes, 27 de agosto de 2013

¿Algo que es así por naturaleza nunca cambiará?

Día 365+167
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.






Cuando nos pensamos como parte de la naturaleza, y dos damos cuenta que poseemos características propias de nuestra especie, como el caminar erguidos, la capacidad del habla, etc. y otras propias todo ser existente como ser parte de la materia, estar en un espacio y tiempo, etc. Podemos estar dados, tentados, ha creer que estas características son inmutables, fija.



“[…] En verdad, la Naturaleza, lo mismo que la realidad histórica, no es un dato inmutable. […]" (p. 21)



Tratemos de pensar un poco más en la cita anterior. En ella se nos dice que lo que es natural, por naturaleza, es algo que no es fijo, y como lo mencioné antes de ella, es algo a lo que podemos estar propensos a pensar.
Viene a mi mente la típica frase de: los hombres por naturaleza son más fuertes, más agresivos, etc. ¿Esto quiere decir que por más que intenten cambiar, nunca lo lograrán por ser parte de su naturaleza? Yo antes entendía que era así, pero cuando Simone me afirma lo contrario, me cuestiones dicha creencia que tenía.


Pensemos en el caso de nosotros mismos, no somos iguales a los hombres de la era de las cavernas; con el paso del tiempo, y las necesidades del momento, el ser humano (como casi todo lo que habita el planeta) se va adecuando, modificando y ajustando a las sus necesidades y circunstancias. ¿Por qué antes los hombres tenían dientes más grandes y fuertes? Porque comían todo crudo. Con el descubrimiento del fuego esto cambió. ¿No será que esto siga pasando? ¿Qué lo que creemos fijo, inmutable, no cambiable, por ser natural en realidad sí cambia?[1]
                                                                 




lunes, 26 de agosto de 2013

Hombre - mujeres. Una dominación aún sin explicación

Día 365+166
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.






Basta con platicar con nuestras abuelitas, no es necesario irnos siglos y siglos atrás a lo largo de la historia, para darnos cuenta de qué les tocó o no vivir por el hecho de ser mujeres. Y seguramente si volteamos a ver a nuestras compañeras, vecinas, amigas y a nosotras mismas podremos también darnos cuenta de que, aún el pleno Siglo XXI, las condiciones de vida, de oportunidades y de igualdad entre los hombres y las mujeres, no es para todas las misma, y que en muchas cosas no ha cambiado tanto, como quisiéramos, desde los tiempos de antaño.



“[…] No siempre ha habido proletarios, pero siempre ha habido mujeres, éstas lo son por su constitución fisiológica; por mucho que remontemos el curso de la Historia, siempre las veremos subordinadas al hombre: su dependencia no es resultado de un acontecimiento o de un devenir; no es algo que haya llegado. […]" (p. 21)




Pero ¿de dónde viene esta sumisión ante los hombres? Simone de Beauvoir nos dice no es por un acontecimiento, ¿a qué se refiere? Pensemos, por ejemplo, en la invasión de los españoles, cuando llegaron al continente americano, sobre las culturas mesoamericanas. El proceso de colonización no sólo consistió en tratarlos como animales, esclavos, sino de imponer su religión. Los americanos fueron dominados por los españoles a partir de este suceso, de esta imposición, de este hecho concreto. En el caso de las mujeres, frente a la sumisión de los hombres,  no se presenta de esta manera,  entonces ¿cómo es que se dio? Pregunta que seguramente se irá respondiendo poco a poco, a lo largo de esta interesante lectura.[1]
                                                                 











domingo, 25 de agosto de 2013

De la relación de lo Uno con lo Otro a la sumisión

Día 365+165
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.




Partiendo de lo que dicho en las anterior tres entradas, podemos entender un poco más esta relación de lo Uno con lo Otro, y recordando rápidamente lo antes dicho, a modo de ejemplo, podríamos decir que si partimos que yo soy lo Uno, entonces todo lo demás es lo Otro. Por lo tanto lo Otro es todo aquello que yo interpreto desde lo que soy. Y ¿esto como se refleja entre la relación entre las mujeres y los hombres? El hombre es el centro de la humanidad, por lo menos en la doctrina cristiana sí (y aunque no soy una experta en el tema, sí me atrevo a decirlo que desde su explicación de la creación del Hombre y la Mujeres en Génesis, La Biblia, lo es), así que él es el Uno y las mujeres, nacidas de este primero, es lo Otro.



“[…] ¿Por qué no ponemos en discusión las mujeres la soberanía masculina? Ningún sujeto se plantea, súbitamente y espontáneamente, como lo inesencia; no es lo Otro lo que, al definirse como Otro, define lo Uno, sino que es planteado como Otro por lo Uno, al plantearse éste como Uno. […]" (p. 20)




Pero como bien dice nuestra autora, y sin poner de por medio la explicación cristiana, este puesto que ocupa tanto lo Uno como lo Otro, no es algo espontáneo, tampoco es algo que hizo así el Otro, el que es sumiso, porque no creo que se auto golee, entonces ¿de dónde viene? Y ¿por qué? Estas preguntas quedarán, por desgracia, abiertas para más adelante. [1]
                                                                 




sábado, 24 de agosto de 2013

Alteridad

Día 365+164
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.





¿Alguna vez te has sentido con la necesidad de ser el otro? ¿De saber lo que siente, piensa y quiere? ¿En especial si es el ser amado? A mí sí. Piensa, por ejemplo, cuando estas con tu novio platicando y le preguntas algo, seguramente hará una pausa para poner en claro que te dirá, y en esa pausa tuú intentas adivinar lo que está pasando por su mente. ¿Lo has vivido? No sé si sea correcto este ejemplo para tratar de explicar el sentido de la palabra Alteridad, pero sé que por lo menos ayuda para entender que se trata de uno y de otro, y de lo que interpretamos a partir de uno sobre lo otro.



“[…] la alteridad es una categoría fundamental del pensamiento humano. Ninguna colectividad se define jamás como Una sin colocar inmediatamente enfrente a la Otra.[…]" (p. 19)




El término de alteridad no es sencillo de entender, es más dudo que yo lo entienda. Traté de buscar en diccionarios y por la red su significado, y debo decir que me parece confuso y difícil; lo que pude entender es que tiene que ver con el sentido de Uno y de Otro, del cual hablé dos entradas atrás. Si parto de ello, puedo entender que la alteridad es esta posibilidad de mirar a otro desde lo que es, lo alterno; pero lo que no me queda claro es si esto conlleva el aceptar o descalificarlo. ¿Tú sabes qué significa?  [1]







viernes, 23 de agosto de 2013

Dualidad

Día 365+163
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.






No podemos negar que a donde volteamos, encontramos una relación de oposición. Por ejemplo, cuando nos levantamos notamos que es de mañana  a diferencia de cuando nos dormimos que es de noche. Sabemos que los dos son en relación al tiempo, pero que son opuestos. También podemos pensar en lo alto y lo bajo; vamos caminando por la calle y vemos a dos personas: una alta y otra baja, sabemos que son opuestos.



“[…] En las sociedad más primitivas, en las mitologías más antiguas, siempre se encuentra un dualismo que es el de lo Mismo y lo Otro.[…]" (p. 19)




Pero esta relación de dualidad no es el rechazo de los contrarios, sino una necesidad para su existencia. Regresando al segundo ejemplo, que puse arriba, sabemos que algo es alto porque existe lo bajo, y viceversa; así que gracias a que existe lo alto puede existir lo bajo. De esta manera, la dualidad no es descalificación, sino una relación de necesarios. [1]






jueves, 22 de agosto de 2013

Lo Otro

Día 365+162
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.






Creo que el complicado tratar de entender algunos conceptos, a los cuales, de entrada, uno no está acostumbrado a usar en la vida cotidiana, porque tiene un grado mayor de profundidad que requiere de más trabajo y asociación de ideas. Este es el caso de la noción de lo Otro, ¿qué significa? Yo creía saberlo, seguramente tu también, pero después de leer esta cita, ya no estuve tan segura.



“[…] La mujer se determina y se diferencia con relación al hombre, y no éste con relación a ella; la mujer es lo inesencial frente a lo esencial. Él es el Sujeto, él es lo Absoluto; ella es lo Otro.
La categoría de lo Otro es tan original como la ciencia misma.[…]" (pp. 18-19)




Trataré de explicarme, y explicarte, lo que entiendo por Otro, poniéndome de ejemplo: Yo soy uno; desde mi forma de ver las cosas interpreto a los demás y como no son yo, se convierten en Otro. Lo Otro, es lo diferente a mí, lo que no concuerda conmigo, y lo explico desde lo que soy yo, y por esto puedo minimizar lo que es el Otro, porque no doy más crédito a lo ajeno que a lo propio, es más, a lo Otro lo veo como algo nacido de mí, porque yo lo explico.
Así que entiendo que ser lo Otro es ser lo diferente, o venido a menos. ¿Entiendes lo mismo? [1]






miércoles, 21 de agosto de 2013

Ellos sólo ven el sexo

Día 365+161
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.







Hay una pregunta que me invade mi mente cuando tengo la oportunidad de pensar en cómo ven los hombres a las mujeres. Lo primero que me salta es un comentario que seguramente también tú has oído: a los hombres sólo les interesa el sexo. ¿A qué se refiere en especial esta cita? De inmediato pienso en la pornografía, donde he podido notar (si llegas a pasar por un lugar de venta de películas para adultos lo verás) que la mayoría de ellas se exhiben a las mujeres y no tanto a los hombres, y si se exhiben a ellos es en un papel de mujer (en las películas gay) ¿por qué?



“[…] Y ella no es otra cosa que lo que el hombre decida que sea; así se la denomina “el sexo”, queriendo decir con ello que a los ojos del macho aparece esencialmente como un ser sexuado: para él, ella es sexo; por consiguiente, lo es absolutamente. […]" (p. 18)



El por qué los hombres ven a las mujeres como sólo sexo, aunque no creo que actualmente sea en todos los hombres, no podemos universalizar, es algo que aún no puedo entender del todo, pero sí logro ver desde mi ahora, en las pláticas, televisión, películas y la sociedad mexicana en su mayoría, que las mujeres son altamente vistas sólo para el sexo, sexuadas, cosa que es raro en el caso de los hombre. ¿Lo ves tú también? Tal vez esto sea sólo cultural, tal vez sí sea parte de la naturaleza, o tal vez es una gran mentira que los hemos creído. [1]





martes, 20 de agosto de 2013

El mundo a la medida de los machos

Día 365+160
Comentando lo que me despierta la lectura de:
De Beauvoir, Simone: El Segundo Sexo. México,
Random House Mondadori (Debolsillo), 2013.






Tal vez la cita que pongo a continuación, nos ponga a pensar en nuestra actualidad, porque podríamos decir que esto que se menciona, era algo que pasaba hace algunos pocos años (tiene aproximadamente 73 años en que se escribió este libro), pero que en la actualidad ya no lo es, en pleno siglo XXI, con personas más progresistas y cultas.  




“[…] La humanidad es macho, y el hombre define a la mujer no en sí misma, sino con relación a él, no la considera como un ser antónomo. […]" (p. 18)




Pero la realidad es que lo que se dice en la anterior cita es verdad. El mundo está hecho, porque está dominado, a la medida de los hombres en muchos aspectos: ideológica, económica, política, etc. Vallamos a la vida diaria, lo cotidiano, en comentarios de mesa donde muchos hombres no levantan ni el plato en donde comen, o cuando un hombre casi choca con otro y se da cuenta que es mujer y dice “tenía que ser mujer”, etc.


Sí, muchos hombres califican y clasifican al mundo desde su perspectiva, desde lo que ellos son y no lo que son las mujeres. Sé que por suerte, las cosas ya no son cien por ciento igual que hace más de medio siglo, pero también sé que no son lo suficientemente diferentes y que aún tenemos, por lo menos en México, una gran carga de machismo. ¿Qué opinas? [1]