Día 365+121
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Muñoz Molina, Antonio: El dueño del Secreto. España,
Espasa Calpe, 1999.
Muñoz Molina, Antonio: El dueño del Secreto. España,
Espasa Calpe, 1999.
A lo
largo de nuestra vida son muchas las personas que conocemos. Si pensamos, por
ejemplo, solamente en nuestra estancia académica y hacemos un esfuerzo de
recodar a nuestros compañeros de la primaria, secundaria, preparatoria, nos
daremos cuenta que son muchos y veremos, a lo largo del tiempo, que en muchas
ocasiones nos sorprende lo que pasa con la vida de cada uno de estos cuando volvemos
a saber de ellos, y más ahora con la ayuda de la tecnología, en donde podemos
encontrarnos con personas que teníamos muchos años de no saber nada.
“[…] Siempre es raro pensar que alguien del mismo pueblo
de uno ande tan lejos por el mundo. […]" (p. 25)
Si
has sabido de algunos de los excompañeros que han viajado, viven o vacacionan en el extranjero, tal vez te ha
pasado lo que se comenta en la anterior cita.
A mí
sí me ha pasado que sé de excompañeros en el extranjero, y me he sentido rara.
Trataré de explicarlo. Creo que ha sido una serie de sentimientos que van desde
la envidia, la admiración, la alegría y/o el temor; y creo que esto es
acrecentado con el hecho de que yo nunca he salido de mi país. ¿Tú qué piensas
o sientes cuando sabes que un conocido anda tan lejos del país donde nació?[1]
[1] La imagen fue tomada de http://negociosinnovadoresrevista.com/emprendimientos-para-trabajar-viajar/
No hay comentarios:
Publicar un comentario