Día 365+117
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Muñoz Molina, Antonio: El dueño del Secreto. España,
Espasa Calpe, 1999.
Muñoz Molina, Antonio: El dueño del Secreto. España,
Espasa Calpe, 1999.
Cuando estamos sumergidos en las actividades diarias, vamos haciéndonos una lista mental de todas aquellas cosas que quisiéramos hacer, como ir al cine,
teatro, a comprar algo, visitar a un viejo amigo o un familiar lejano que tiene mucho que
no se visita; por desgracia estas ideas se quedan en sólo eso, y no se llevan a cabo
ya sea porque no se puede salir de la
rutina diaria que es absorbente, o no nos damos un tiempo, que creemos no tener pero que bien
valdría la pena llevarlo
a cabo.
[...] Yo siempre diciéndole a mi mujer, <<tengo que
llevarte a Madrid, a que
conozcas a Ataúlfo>>,
y se van dejando las cosas de un año para otro, se va cargando uno de tareas y
de hijos y de pronto se entera de que la visita que postergo tantas veces ya ha
sido definitivamente cancelada.[…] (p.
17)
Tenemos
la mala costumbre de dejar las cosas a la mitad o definitivamente no
empezarlas. Somos expertos en dejar todo para el futuro, que
nunca llega, una larga espera que se traduce en un eterno mañana. Si
estas ideas que no vuelven
realidad, pueden convertirse en nuestras
enemigas porque al ser ideas deseadas,
se transforman en frustraciones. No soy
experta en el tema, ni sicóloga, sólo
hablo desde mi experiencia. ¿Tú qué
opinas? [1]
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