Día 365+123
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Muñoz Molina, Antonio: El dueño del Secreto. España,
Espasa Calpe, 1999.
Muñoz Molina, Antonio: El dueño del Secreto. España,
Espasa Calpe, 1999.
De
niños somos como esponjan que todo absorbemos, imitamos, copiamos de nuestra
familia y después de las personas que conocemos, y mucho de lo que copiamos,
sino es que todo, es desde la ignorancia misma ante lo que hacemos o decimos.
Por ejemplo, un niño que le dice a otro: “eres un tonto, estúpido, puta, etc.”,
¿creen que un niño sabe en realidad que significa dichas expresiones? Seguramente
no es así, y muy probablemente ni el
adulto que lo dicen.
“[…] de niño yo había creído que pronunciar las eses
finales y las des era cosa de ricos. […]" (p. 27)
Seguramente
te cachaste, o aún lo haces, imitando a alguien en qué y/o cómo dice o hace algo. Una de las frases, con
expresión y tono, que hace algún tiempo medio mundo lo usaba, y que seguramente
aún lo hacen, el típico: “Teeernuriiiitaaa”, “Te lo prometo”, “Todos los hombre
son iguales”, “sí manita”. Pero, ¿qué significa? ¿Lo decimos con conciencia o
sólo porque es algo que se nos “pego” de los demás? y ¿en realidad, como en el
caso de la anterior cita que denotaba burguesía, que significa de fondo? Seguramente
como esta frase, o actitud, hay y habrá
muchas más que las usamos sólo por imitación. [1]
[1] La imagen fue tomada de http://lasmayeuticasdelaeducacion.blogspot.mx/2008/02/imitacion-un-factor-en-la-educacion.html
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