lunes, 15 de julio de 2013

Claridad de vocación

Día 365+124
Comentando lo que me despierta la lectura de:
Muñoz Molina, Antonio: El dueño del Secreto. España,
Espasa Calpe, 1999.




Que afortunados son aquellos que aseguran saber, desde una edad muy temprana en muchas ocasiones, lo que desean estudiar o el oficio que desean desempeñar, porque no muchos poseen esa claridad psicológica y emocional al respecto. Habremos quienes necesitamos más tiempo, experiencia o derrotas para saber si en lo que estamos es  lo que realmente nos gusta, o quieren de plano nunca lo encuentran, o que sentimos la necesidad de hacer varias cosas.



“[…] yo quería ser un periodista, que me parece algo inmediato y tan urgente como ser un atracador o un bombero, y la excitación que notaba hojeando un periódico, tocando el papel y olfateando su tinta, o sentado delante de mi máquina y escribir haciendo como que tenía que redactar en diez minutos una noticia de última hora […]" (p. 28)



¿Será verdad esto que se dice, entre la gente, que uno nace con un don para algo en especial? O ¿será que en realidad todo esto de la vocación es una elección y no algo que tenga una explicación mística?  Yo por ahora confieso, como ya empieza a ser costumbre en este blog, que aún no defino mi vocación, ¿y tú?[1]













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