viernes, 30 de noviembre de 2012

¿A quién te pareces?


Día 261
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


La genética, la familia, la sociedad, los amigos, el medio ambiente, etc. Los seres humanos somos esto, y muchos creyentes añadirían en la lista a Dios, Buda, etc. Y más. Somos una combinación de todo y a la vez de nada, porque al ser, al final, una sujeto independiente también somos diferentes, únicos e irrepetibles, aunque no totalmente diferentes y eso lo podemos ver en los hijos:


“Franz constató que su hija se parecía terriblemente a su madre. ¿Por qué no se parece a él? No hay nada que hacer, no se le parece.” (p.109)


¿A quién te pareces? ¿A quién me parezco? A mamá mucho, a papá un poco, a algunos de mis amigos también en mi formas de hablar y convivir, a mi novio también. Me parezco a todos ya sea por genética o por el sólo hecho de ser un ser humano, el carácter, lenguaje, expresiones, elecciones, etc. ¿Qué es más fácil decir: a quien se parece uno o a quien no? Yo creo que a quién no. Con seguridad puedo decir que soy más un león que una jirafa. ¿Y tú?[1]








[1] La imagen fue tomada de http://www.dogguie.com/famosos-muy-parecidos-entre-si/

jueves, 29 de noviembre de 2012

Persona difícil de tratar


Día 260
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


La convivencia es parte de la vida de toda persona, somos seres sociales (aunque habrá quien no esté de acuerdo) que al no poder estar aislados y solos todo el tiempo salimos al encuentro con otros; para ello intervienen muchos factores como la edad, el género, época, valores, ideas, proyectos, etc. Y para que dicha convivencia sea efectiva es necesario la empatía, pero ¿qué pasa cuando esto no es así?:


“[…] Después de unas frases amistosas de bienvenida, Marie-Claude cogió un colgante de cerámica que Sabina llevaba al cuello y dijo en voz muy alta:
-Y esto ¿qué es? ¡Es muy feo!
[…] Marie-Claude había aprovechado la oportunidad para poner de manifiesto ante Sabina (y los demás) cuál era la verdadera relación de fuerzas.” (pp.109-110)


Hacer “valerse” por medio de la burla, el despreció y la humillación a otras personas es una de las formas del poder. La persona que es así lo hace todo así sólo por sentir que tienen la razón, y el “derecho” sobre los demás de decir lo que sea a quien sea: familiares, amigos, hijos, conocidos, desconocidos.[1]









[1] La imagen fue tomada de http://angelescuevas.blogspot.mx/2012/09/como-tratar-con-personas-dificiles-en.html

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Sobre la belleza


Día 259
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


Si entendemos por belleza como “[…] la característica de una cosa que a través de una experiencia sensorial (percepción) procura una sensación de placer o un sentimiento de satisfacción.[…]”[1] podríamos considerar bello prácticamente a lo que sea; desde una persona, animal, planta, sentimientos, objetos, edificios, comida, artesanía, etc. Todo aquello que nos produce ese sentir. Ahora que si queremos hacer algo bello, planeado, y que además fuera de carácter universal, tendríamos que buscar aquello que lo hace bello, para que todos (no importando lugar y época) lo pudiéramos apreciar:


“[…] La belleza de Nueva York tiene una base completamente distinta. Es una belleza no intencional. Surgió sin una intención humana, algo así como una gruta con estalactitas. Por mas, que en sí mismas son feas, se encuentran casual mente, sin planificación, en unas combinaciones tan increíbles que relucen con milagrosa poesía.” (p.94)


Pero si pensamos, como en la anterior cita, en una belleza virgen, sin mano ni plan de un hombre, es aún más maravillosa, porque al coincidir factores, que aparentemente no son bellos, pero que en conjunto lo son, nos desconciertan e intrigan. Imaginemos unas cascadas imponentes y bellas que al verla nos impactan. O en un rostro que al ver sus partes por separado, los ojos por ejemplo, no son bellos, pero en su totalidad lo hacen ser así, y por ello uno no puede dejar de admirarlo. ¿Crees que es igual, más o menos bello algo planeado que algo casual?


Yo creo que aquello que es bello desde su origen lo es más que lo planeado, por lo menos si pienso en una persona. Una belleza natural, en este sentido, es más agradable a la vista que una artificial; la segunda delata que ha sido producida. Ahora, que si me salgo de esta idea muy limitada de belleza, tal vez las cosas cambien.[2]









[1] Para leer más sobre dicha definición consultar en http://es.wikipedia.org/wiki/Belleza
[2] La imagen fue tomada de http://sobrefotos.com/2008/08/01/fotos-de-camelias-la-dama-de-las-flores/

martes, 27 de noviembre de 2012

Círculo vicioso


Día 258
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


Una persona tiene un comportamiento repetido tantas ocasiones que ya no es sólo un error, sino un problema, para el que lo hace y para los involucrados. Seguramente a quien más le afecta es a los otros, y no al que lo produce, porque no es consciente de ellos, o se hace que no lo es y ya no sabe cómo salirse de esta manera de ser:


“[…] Pero, si traicionamos a B, por cuya causa habíamos traicionado a A, de eso no se desprende que nos reconciliemos con A. […] La primera traición es irreparable. Produce una reacción en cadena de nuevas traiciones, cada una de las cuales nos distancia más y más del lugar de la traición original.” (p.94)


El círculo vicioso que podemos ver en esta manera de ser, no es rara ni asilada, es de lo más común de lo que imaginamos, no sólo cuando traicionamos, al mentir, robar, al ser violentos, etc.


¿Cómo romper este círculo si al estar dentro no podemos ver objetivamente la salida, si es que la hay? ¿El que es así se da cuenta de su forma de ser o lo hace intencionalmente? ¿O será que este escrito también ya se enredó?[1]








[1] La imagen fue tomada de http://plqhq.blogspot.mx/2012/05/circulos-viciosos.html

lunes, 26 de noviembre de 2012

Valorar a la especie y al sujeto


Día 257
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


¿Cuál es el valor que tenemos como especie y como sujetos? ¿Es lo mismo amar a una mujer en especial, que amar a las mujeres? Si pensamos en el valor que le damos a las cosas y a las personas, seguramente estaríamos de acuerdo en decir que no le damos el mismo valor de persona a persona, a lo mismo.


“[…] No decía: valorar a Marie-Claude, sino: valorar a la mujer que hay en Marie-Claude” (p.92)


Se me vino a la mente los derechos humanos. Si pensamos que por el sólo hecho de ser persona tenemos derechos básicos, como el de la vida, podemos entender que sea quien sea, presidente, niño, mujer, anciano, delincuente, bancario, doctor, drogadicto, etc. Debe ser respetada su garantía individual, pero no quiere decir que forzosamente se le dé un valor como sujeto, por ejemplo a un violador.


Si pensamos en la cita anterior podremos entender un poco mejor esto: un esposo valora a su mujer no por lo que es, por ella misma, sino sólo por el hecho de ser mujer, una mujer como aquella que lo parió. Así que nunca valorará o respectará a esa mujer en especial, que tiene un nombre propio, sino a cualquiera que lo sea, por el sólo hecho de serlo. Yo sí quiero que me valoren como ser humano, pero que mi familia, y amistades también lo hagan por ser Ruth.[1]







[1] La imagen fue tomada de http://ramanujan25449.blogspot.mx/2012/10/virus-los-grandes-desconocidos.html

domingo, 25 de noviembre de 2012

Vértigo


Día 256
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


Sentir que la vida no toma el curso deseado, que lo que nos rodea no está totalmente a nuestro alcance y deseo, pude hacernos caer en un gran vacío existencial. Es necesario caer para poder levantarse ¿Y si la caída es profunda, pude ser aún más?


“[…] También podríamos llamarlo la borrachera de la debilidad. Uno se percata de la debilidad y no quiere luchar contra ella, sino entregarse. Está borracho de sus debilidad, quiere ser aún más débil, quiere caer en medio de la plaza, ante los ojos de todos, quiere estar abajo y aún más abajo que abajo.” (p.79)


Esto que en el libro se le dice “vértigo”, este estar borracho, perdido, extraviado, caído, es lo que yo interpreto como deprimido. Cuando no se tiene deseos ni ganas de hacer nada, sólo caer y caer.


¿Por qué será que nos llega a pasar ésto? Tal vez nuestros deseos no están hechos realidad, y nuestra capacidad de tolerancia a la frustración nos supera llevándonos a este sentimiento de derrota y desconsuelo. ¿Te has sentido así alguna vez? ¿Cómo lo has superado?[1]






[1] La imagen fue tomada de http://www.advancednasalcare.com.mx/cirugia_del_vertigo.htm

sábado, 24 de noviembre de 2012

Dominación


Día 255
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


El dominio de unos contra otros se da en toda naturaleza. Nosotros como seres naturales también tendemos a ejercerla, y no sólo con seres de nuestra misma especie, sino con todo aquello de lo cual nos sentimos dueños: seres humanos, animales, plantas, cosas, etc. El creer que  se puede hacer con los demás lo que se nos venga en gana, nos hace cometer de atropellos e injusticias.


“[…] Aunque fotografié cactus, es su vida. Si vive sólo para su marido, no es su vida. […]” (p.74)


El dominio del género masculino sobre el femenino es una de aquellos que ha sido predominante a lo largo de la historia. No olvidemos que aquello que se nombró “la liberación femenina” tiene escasos cincuenta años, y que gracias a ello las mujeres empezaron a tener un poco más de apertura en espacios destinados sólo para los hombres, como en el campo laboral, indispensable para tener una independencia económica y social.


Pero aún así, es tan fuerte dicha dominación, que muchas mujeres han vivido su vida para otros y no para ellas, ya sea para los hijos o la pareja, al ser absorbidas de tiempo completo al cuidarlos y dejar nula la búsqueda de un futuro para ellas. El no tener una vida propia, que te da identidad como sujeto, hace que las mujeres vivan atadas y cegadas ante todo aquello que no es conveniente para ellas.


Así que el peor de los dominios no es el que hace el león, o cualquier otro animal salvaje contra su presa, sino el de los seres humanos porque al tener “conciencia” se debería evitar.[1]







[1] La imagen fue tomada de http://palabrademujer.wordpress.com/tag/femicidio-en-venezuela/ 

viernes, 23 de noviembre de 2012

Y se repite la historia


Día 254
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


Los patrones a seguir socialmente son tan imitables que mucho de nosotros, sin darnos cuenta, los estamos repitiendo una y otra vez, en un constante movimiento de la vida, de abuelos a padres y de padres a hijos; no es consciente pero sí presente. Pensemos en casos como el educar a los hijos, regularmente si la mamá fue exigente con ellos la hija lo será con los suyos o si el padre estuvo casi siempre ausente seguramente el hijo lo repetirá. Estos ejemplos son comunes ¿verdad? Pero si observamos nuestro comportamiento, palabras, acciones y actitudes seguramente nos parecemos, más de lo que quisiéramos a nuestros padres.




“[…] En realidad las dos estaban en la misma situación: la madrea ama al padrastro igual que Teresa ama a Tomás y el padrastro hace padecer a la madre con sus infidelidades igual que Tomás tortura a Teresa. […]” (p.64)




¿Será coincidencias situaciones como estas? Como diríamos: se repite la historia. Todo lo que se ve constantemente se copia, se hace un hábito y como tal parte de nuestra vida. Pero cuando estos hábitos no son convenientes se repiten las tragedias, los fracasos y malos modales.


Claro que no somos sólo lo agradable, lo bello, apetecible, también somos la otra cara de la moneda. Pero si esto nos lleva al sufrimiento y dolor no es sólo un defecto sino una molestia. ¿Cómo no repetir lo aprendido si es lo que conocemos? Tendríamos que ver, saber y experimentar otros modos de vida, de relacionarnos, de amar, para poder entonces cambiar un inconsciente fatal destino por una consciente buena elección.[1]









[1] La imagen fue tomada de http://definicion.de/imitacion/ 

jueves, 22 de noviembre de 2012

Impulso vital


Día 253
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


¿Qué es lo que nos impulsa a levantarnos, trabajar, estudiar, divertirnos, vivir? Biológicamente nuestro cuerpo está activo, el corazón late y nuestro cerebro tiene actividad neuronal, con sólo esto podemos estar vivos, aunque tuviéramos algún daño cerebral o no todas las extremidades y que dependiéramos total o parcialmente de los demás; esto no impediría que tuviéramos “eso” que nos da el impulso para vivir y convivir, porque puede haber alguien que biológicamente este al 100% de su capacidad físicas pero psicológicamente no, la depresión impide sentir ánimo por la vida hasta que poco a poco se va muriendo por dentro. Todo esto suena trágico pero es real.


“Una chica que, en lugar de llegar <<más alto>>, tiene que servir cerveza a borrachos y los domingos lavarles la ropa sucia a sus hermanos acumula dentro de sí una reserva de vitalidad que no podrían ni soñar las personas que van a la universidad y bostezan en las bibliotecas. Teresa había leído más que ellos, había aprendido de la vida más que ellos, pero nunca serpa consciente de eso. Lo que diferencia a la persona que ha cursado estudios de un autodidacta no es el nivel de conocimiento, sino cierto grado de vitalidad y confianza en sí mismo.” (p.58)


La cuestión que me surge en seguida: ¿es necesario padecer, sufrir esforzarse y/o vivir lo que se supone no se debería, para tener esta vitalidad y confianza en si mismo? Sé que hablar de universal es peligroso, así que no puedo decir que en todos los casos sea así, sería una falsedad, pero sí he visto casos de infancias y adolescencias difíciles que los han llevado a abrirse paso por la vida de formas extraordinarias, valoran más los esfuerzos, cosas materiales y no se les cierra el mundo por cosas insignificantes  aunque, por desgracia, no siempre se valora debidamente esta gran cualidad (como lo dice en la nota).


Así que todo podría indicar que la diferencia radica entre vivir la vida o estudiarla, el eterno problema entre lo teórico y práctico. ¿Qué es mejor? ¿Experimentar o verlo todo desde los libros? Los extremos son de cuidado, y el punto medio es difícil de obtener. Aún así yo me inclinaría más por buscar un equilibrio y a una edad temprana ayudarle a los niños a obtenerlo, aunque esto implica una madurez de los padres y condiciones apta para ello, que no siempre se tiene.[1]






[1] La imagen fue tomada de http://marcelacinta.blogspot.mx/2011/12/queda-prohibido.html

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Si se trata de hablar de sexo…


Día 252
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


En alguna otra entrada ya había hablado del espacio público y privado. Si pensamos en nuestros espacios y en lo que hay en cada uno de ellos, podríamos meter muchas cosas es lo mismos, y podríamos hablar de cada uno de ellos. Pero si debatimos exactamente sobre lo que “podemos” hablar de estos, seguramente las cosas se pondrían filosas. Me quiero enfocar, específicamente, en el plano íntimo, y a su vez en el tema de lo sexual.



“La madre se suena la nariz ruidosamente, le habla a la gente de su vida sexual, enseña su dentadura postiza. […]” (p.49)


Seguramente has escuchado a alguien hablar explícitamente sobre su sexualidad o tú eres el que lo hace; no creo que haya alguno problema en hacerlo en ciertos círculos, como por ejemplo con amigos de confianza y en situaciones específica, como en una despedida de soltera. Y aún así creo que se debe tener cuidado. Esto lo digo porque a mí me pasó: hace algunos años “vacilaba” sobre el tema, me gustaba contar chistes con contenido sexual, pero después de un tiempo me di cuenta que mis amistades me catalogaban de promiscua. Es como si esos chistes pícaros se hubieran hecho parte de mi vida privada. Resalto lo de mi vida privada, porque en realidad sobre mi sexualidad sí he sido reservada, a diferencia de otras personas que cuentan con pelos y señas todo, a todos y en todo momento.


Creo que mucho de esto tiene que ver con nuestro propio carácter. Si somos extrovertidos podemos no tener cuidado y dejar que nuestra vida privada pase a lo público en un abrir y cerrar de ojos. Además si queremos llamar la atención, pues seguramente lo haremos con toda la intención del mundo. Y si le agregamos que nos gusta imponer nuestras ideas, pues hasta daremos consejos.


No veo nada de “malo” el que una persona hable abiertamente sobre sexo ni sobre su sexualidad, pero sí creo que es un problema cuando a los demás no nos apetece escuchar sobre algo que sólo le compete a esa persona, o sea así mismo, o cuando la situación no se presta para ello, porque de un tema polémico e interesante se puede convertir en vulgar e incomodo. ¿Tú qué opinas? [1]










[1] La imagen fue tomada de http://www.bellezapura.com/2011/12/26/mujeres-sin-complejos-un-consultorio-2-0-sobre-anticoncepcion-y-salud-femenina/ 

martes, 20 de noviembre de 2012

Una no solución


Día 251
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


Una mala costumbre, que aún continúa vigente aún es este siglo XXI, es obligar a una joven pareja a casarse por haberse “comido la torta antes del recreo”, como diríamos popularmente. No pensaríamos que actualmente los padres tuvieran las agallas para obligarlos a tal situación, pero pasa más de lo que nos imaginamos. Se cree que al despojarlos de la casa materna, por arte de magia se volverán “responsables” de sus actos, siendo que la realidad es muy distinta. Si son unos padres extremistas lo llevarán hasta las últimas consecuencias, pero si son semiduros, entonces sólo será algo aparente porque más temprano que tarde se harán cargo de los nietos.


“Si al final eligió al noveno no fue tanto porque fuera de todos el más varonil, sino porque, cuando ella le susurró al oído <<¡ten cuidado, ten mucho cuidado¡>>, mientras hacían el amor, él, intencionalmente, no tuvo cuidado y ella tuvo que casarse a toda prisa con él […]” (p.46)


La cuestión no es el acto sexual mismo, sino el por qué no se tiene las precauciones necesarias para evitar la concepción. En el anterior caso el chico lo hace a propósito, pero la chica confía demasiado en él, prácticamente deja el destino en sus manos.


Así que creo que muchas de las situaciones que actualmente culminan en boda, son por casos muy similares al anterior. Las chicas no toman las riendas en sus manos, y por el motivo que sea, creen que ellos son los que tiene que tomas la iniciativa. Aunque también hay casos al revés, en donde los chicos “creen” que la chica es a la que le atañe cuidarse.


Entiendo que toda acción tiene una consecuencia (aunque sé que hay casos especiales), pero si no entendemos la dimensión de ellos, por nuestra edad, situación económica, social o psicológica, difícilmente podremos tomar cartas en el asunto: prevenir antes de lamentar. [1]







lunes, 19 de noviembre de 2012

¿Quién soy?


Día 250
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Kundera, Milan: La insoportable levedad del ser, Barcelona,
RBA editores (Trad. Fernando de Valenzuela), 1993.


Quiero dedicar este escrito a mi querida amiga Bere Idalia y su esposo, gran amigo también, por su hermoso bebé que llegó ahora al mundo. Yo sé que ustedes ayudarán a Esteban a descubrirse. ¡Los quiero amigos mucho y felicidades!


¿Qué soy? Pero realmente ¿qué soy? Porque una cosa es lo que otros ven y la que yo creo ver; digo lo que creo ver porque esto no garantiza que sea eso que creo ser. Sé que suena raro y enredado esto, pero así es. Pensamos, creemos y decimos ser esto o aquello, pero en el fondo ¿realmente nos conocemos?:



“Ella trataba de verse a sí misma a través de su cuerpo. Por eso se miraba con frecuencia al espejo. […]” (p.44)



Yo también he intentado conocerme y reconocerme en el espejo, y debo decir que no siempre lo que veo es algo que me diga mucho de mí. Pienso que pesa más lo que siento en mi interior, lo que creo ser, aunque no dudo que alguien sienta lo contrario.


Aún así es difícil, complicado, pero no creo que imposible el saber quiénes somos en realidad. Espero que yo en algún momento lo sepa y ayudar a mi bebé a que lo descubra. Y tú ¿ya lo sabes? [1]








[1] La imagen fue tomada de http://emocionesysentimientos.com/2008/05/07/quien-soy-yo/