sábado, 29 de septiembre de 2012

¿Me guardas un secreto?


Día 199
Comentando lo que me despierta la lectura de:
 Brown, Dan: El Código Da Vinci. Barcelona, Ediciones Urano (Books4pocket), Trad. Juanjo Estrella, 2003.


Cuando tenemos secretos, y los compartimos, no nos confiamos de hacerlo por escrito porque corremos el riesgo de ser leído por manos equivocadas, y convertirse, en el mejor de los casos, en chisme. Estos han sido una de las mayores preocupaciones a lo largo de los tiempo, de la historia, y en especial si son secretos de estado, de guerra. Este texto menciona que Leonardo Da Vinci[1], dentro de sus muchos apuntes de inventos hay uno que tiene que ver con este tema, es un invento para poder guardar secretos en un objeto:


“[…] se trata de un recipiente portátil que podía contener cartas, mapas, diagramas, cualquier tipo de documento. Una vez la información quedaba sellada en el interior del criptex, sólo quien conociera la contraseña podía acceder a ella.
[…]El cliptex funciona de una manera parecida a esos candados de bicicletas que tienen una combinación numérica. Si alineas los números correctos, el candado se abre” (p.298)


Aunque Leonardo no le puso el nombre de cliptex, como lo menciona también en el texto, el invento no deja de ser su creación. Es curioso, pero yo tengo una bicicleta que también tiene un candado así, como seguramente tú la tienes, y por lo que sé son bastante seguros.


Me encantaría poder compartir algunos de mis más guardados secretos con alguien que descubriera la clave de mi cliptex, lástima que no tengo uno ni sé cómo hacerlo, ahora que si tú tienes, te los comparto[2]. ¿No te gustaría dejar algunos secretos guardados para la posteridad? A mi sí.[3]











[1] Aunque en Wikipedia se duda de ello http://es.wikipedia.org/wiki/Criptex
[2] Como este usuario, de video que te pongo  de You Tube, que nos muestra el suyo.

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